El pelotón se dirige de nuevo al mar. No habrá grandes novedades en el camino
En Australia el concepto de cerca-lejos cambia. Ya no es el que aprendimos en Barrio Sésamo. Y lo que en casa me parecía lejos ahora me parece cerca. Nos metemos otra marathon hasta llegar al bello Cape Range NP,
donde nos tomaremos otras mini vacaciones junto a aguas tricolores, playas solitarias de blancas arenas y muchos animales
No todos los animales que vemos son benignos. Otros, como el zorro, no son autóctonos. Fueron introducidos por cazadores ingleses iluminados hace más de un siglo y crearon una plaga. Hoy en día los zorros están perseguidos y condenados a muerte
Pero a pesar del paraje en el que nos encontramos, cuando toca coger de nuevo las bicicletas el pelotón empieza a flojear
Y es que lo que empieza a fallar es la cabeza. No es grave, creo que es hasta natural. Porque cuando llevas tantas semanas peleando por el agua, las distancias no decrecen, la monotonía te invade y lo que es peor, cuando el viento hace tantas jornadas que pasó a ser un poderoso enemigo,
entonces te das cuenta que cada día cuesta más arrancar...
... que estás perdiendo la motivación y puede que hasta el rumbo...
... porque esto no es un juego de niños
Pero no pasa nada. Solo es un momento de debilidad. Nuestro remedio no es salir a la desesperada...
... sino aprender...
... a tener paciencia
Porque como en la vida los momentos malos pasan. Nada es para siempre.
Nuestros pasos seguirán hacia el sur y cuando empezamos a ver cambios en el paisaje volvemos a sentirnos fuertes. El objetivo está a tiro y vamos a por el.
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