Hicieron falta tres encuentros y tres países más para conocernos y darnos cuenta que nuestras vidas habían tenido trayectorias similares y que hablábamos el mismo idioma de la vida y lo más importante, coincidíamos en lo que NO esperábamos de ella…
Eve jamás había ciclado con alforjas y no recordaba cuándo fue la última vez que se subió a lomos de una bicicleta. Al menos amaba las dos ruedas ya que su pasión eran las motos DUCATI…
Siempre he dicho que surcar los caminos en bici es la forma más maravillosa de viajar que hay pero tampoco es lo idílica que algunos creen. Y Australia es el ejemplo… Así que cuando le propuse formar parte de este pelotón soñador le estaba al mismo tiempo lanzando un reto envenenado.
Pero no necesitó mucho tiempo para dar la respuesta. Eve está lo suficientemente loca para intentarlo y al grito de GERONIMO hicimos los preparativos para nuestro ilusionante proyecto.
Y así es como con un largo y difícil trayecto por delante se escribían las primeras letras de este tercer tomo, sin mirar al futuro, solo viviendo el presente.
Vuelvo a rodar en compañía. Y esta vez no tiene pelo en el pecho. A esto se le llama mejora continua
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