viernes, 15 de abril de 2011

5. Empieza lo bueno. Outback, 1ª parte

No podía empezar de otra forma que homenajeando a los pájaros, a esos animales que en Australia tan armoniosamente rudiosos son...

Desde que uno sale de Adelaide y se dirige hacia el norte sabe que está hablando de un laaaaaaaaaargo viaje. Un camino que se debe afrontar con la mente despejada, la moral alta y un claro conocimiento de dónde uno se mete...
El Outback, así lo llaman los australianos, es un basto territorio árido y desértico que ocupa gran parte del país y que englobaría a varios países europeos juntos. Es un lugar donde la vida humana es rara de ver y donde los suministros de agua y comida llegan a cuenta gotas. Pero también debes saber que iniciarás uno de los viajes más apasionantes que uno puede hacer. O eso me ha pasado a mí. He sido testigo de uno de los fenómenos más difíciles de ver en Australia. He tenido el privilegio (o la desgracia, depende de cómo se mire) de ciclar por un Outback verde. Insólito. Lleno de vida. Hermoso.
  
Y es que este año la estación lluviosa ha sido más lluviosa que nunca. Quizás mi presencia ha influido en ello y debería pedir una compensación al gobierno australiano... la cosa es que de golpe y porrazo, 12 años de sequía son ya solo parte del pasado...

Porque aunque hay partes donde se palpa el color marrón,


y las grietas le recuerdan a uno dónde está,

Lo cierto es que uno pierde la sensación que está atravesando una de las zonas más áridas del planeta
y quizás por ello mi paso por el Outback no ha sido, desde este punto de vista, tan traumático, tan duro...

Sin embargo no puedo decir lo mismo de las (putas) moscas. Nadie me había recomendado llevar una red anti moscas en la cabeza (cosa que no entiendo) y soy muy afortunado de conseguir una de unos viajeros alemanes tras sufrir por un solo día el acoso y derribo de estos despreciables, asquerosos y desquiciantes insectos

La batalla contra ellas está perdida así que no queda otra que asumirlo y tratar de ignorarlas, tomárselo con humor y eso sí, de vez en cuando liarte a manotazos con ellas y sentir el placer de ver como caen a montones al asfalto. Teníais que ver mi sonrisa de Jack Nicholson tras contemplar los resultados de mis razzias...

Otros protagonistas de las largas jornadas de pedaleo son los famosos trenes de carretera. Monstruos de 50 metros de largo que no pasan desapercibidos precisamente. Pero no son peligrosos...


... solo pequeños terremotos andantes...


Este año, al menos en el sur del Outback, debido a la abundancia de comida los canguros no se acercan apenas a la carretera. Solo veo dos canguros en casi 2000 km, algo realmente raro...

Así que me dedico a disfrutar, sobretodo de las fresquitas brisas mañaneras... En realidad no he pasado el calor que creía que iba a pasar. Finales de marzo y abril es la época ideal para ciclarlo. Según los aborígenes el Outback tiene 6 estaciones y abril es el mes del viento. Afortunadamente para mí, y por primera vez en el viaje, disfruto de jornadas con Eolo en el culo, lo cual hace que haga medias excelentes...y de paso suavice el efecto del calor

Lo malo es que el reloj cambia de nuevo y me anochece a las 18:30, vuelvo por tanto a la época de las tinieblas... y hay que darse prisa para cenar antes que lleguen los nuevos insectos: los mosquitos, y estos si que me aterran...

... pero no me impiden disfrutar de los atardeceres más bonitos de mis más de 2 años de viaje. Definitivamente Australia me está conquistando, tanto por las tardes....

... como por las mañanas....

No podía llegar a Alice Springs sin visitar la zona primero. Por eso me desvío y daré un rodeo inolvidable antes de llegar al oasis. Las ganas de llegar a Uluru son tan grandes que caigo en el mismo error que los viajeros no avisados. Confundo Uluru con el Mount Conner, que dicho sea de paso me recuerda a los westerns que daban los sábados en la tele...
 Pero la roca de Uluru es incomparable. En tamaño y en belleza. Por muchas fotos que uno vea nunca será lo mismo. Igual que me comparen con un lagarto. No es justo.

Tener la roca cerca es impresionante, no parece real...

... lo mismo que Kata Tjuta, unos 30 km al oeste de Uluru...

... o el espectacular Kings Canyon. Andar por el es incluso más increíble que Uluru. Aquí cuando la tierra era aún joven, el paisaje estaba lleno de dunas que los millones de años transformaron en roca y que terribles movimientos posteriores convirtieron en montañas, grietas y cañones. Caminas por unas de las rocas más antiguas del mundo, estás en los orígenes del mundo, contemplando los tiempos de cuando Fraga Iribarne nació
 Encuentras pozas de agua en la mitad del desierto donde puedes escuchar a la Naturaleza cómo te susurra al oído ...... son días de brutal comunión con la Tierra

Porque para atajar y llegar al oeste de los Mcdonnel Range me meteré en la no asfaltada Mereeine Loop, 260 km sin agua y más de 150km de tierra y soledad,...polvo...... arena...... y rugosidades que creía ya olvidadas...

Por las noches escucho a los caballos salvajes relinchar junto a mi tienda y después llegarán las manadas de dingos, perros salvajes que me aullarán como los lobos tratándome de pedir explicaciones de por qué duermo ahí, en su territorio.... Pero llegaré a la civilización y me recibirán los pájaros de color verde fosforito...

... y varias pozas de agua fresca en las que me bañaré sin prisa. Pozas que los locales no recuerdan tan llenas y tan rebosantes de agua. El Mcdonnel range será el colofón a la primera parte del Outback. Y por ser la primera, creo que será irrepetible

Me acerco a Alice Springs. Ya me he acostumbrado al color verde pero debes saber quee esta foto tardará años en volver a repetirse. Así que si un día te acercas por aquí verás un paisaje totalmente diferente. Ni mejor ni peor, simplemente diferente. Y en esto está la gracia.

En el momento que entro en la ciudad, si no la más una de las más aisladas del mundo, mi cerebro solo piensa en cuántos kilos de carne, de yogures, de bollería, de ensaladas, de..... comeré.
Estoy inmensamente feliz. Me siento VIVO