viernes, 27 de mayo de 2011

6. Camino al "Top End". Outback, 2ª parte.

Tras el reconfortante reposo de Alice Springs el pelotón inicia la segunda parte de la travesía por el Outback. Un territorio duro donde uno comprende y mastica los significados de las palabras silencio, vacío y soledad.

Hay gente a la que le resulta aburrido. Es cierto que las distancias son largas, los paisajes no varían mucho y las condiciones no son fáciles, pero todo está en la mente. Y es que dependiendo de cómo une afronte psicológicamente el viaje, este se puede convertir en una experiencia única o en una verdadera pesadilla. Yo lo afronto positivamente y personalmente pocas veces he sido más feliz, más libre. El Outback me ha atrapado.
Y es que cualquier momento te depara bonitas sorpresas, como exóticos animales tomando el sol…

…extrañas formaciones rocosas…


…lugares donde aterrizan ovnis…


…coches anclados en el pasado…


… o aviones que un día fueron portadores de sueños


Unos pocos hombres viven en inmensas granjas donde controlan sus miles de cabeza de ganado con caballos, motos y hasta helicópteros. Son gente dura donde las haya y a tenor de sus señales, un pelín rudas (“cierra la puta puerta o no la abras”)


Muchas de las tierras pertenecen a los aborígenes. Mi relación con ellos es rara, escribiré de ellos en una próxima entrada…
Vivo al margen de la civilización y resulta milagroso de repente llegar a un sitio con gente y con magia, como el viejo pub de Daly Waters y sentir, a través de su música y trovadores, Australia dentro de ti.  


Amanece cada día con el mismo objetivo: avanzar,


y aprovechar los pocos torrentes de agua para refrescar los huevillos y bajar la temperatura corporal…


Todos somos felices


Y llega un momento que el Outback desaparece. Se entra en zonas tropicales donde el agua abunda…


… las aves vuelven a alegrarme la vista y los oídos…


… y la vegetación cambia drásticamente.


Los canguros salen de debajo de las piedras y asisto a sus cruces de carretera suicidas. Atrás quedan los tiempos donde no había carreteras y saltaban sin riesgo…


… las termitas construyen rascacielos…


… pero lo mejor llega a partir de Mataranka. Desde este momento el pelotón disfrutará de relajantes baños en aguas termales naturales, rodeados de árboles y animales tropicales…


… o cascadas en el Litchfield NP…


… donde no seré el único en refrescarme…


… y observaré con envidia románticos baños


Y entre tanta agua, el fuego. El hombre blanco ha aprendido de los aborígenes a renovar la tierra y en esta época del año la selva arde


Aunque acaba de iniciarse la estación seca, todas las carreteras sin asfaltar del Kakadu NP están anegadas, y por tanto, cerradas. Y estas carreteras llevan a los sitios más interesantes del parque. Decido no entrar y ahorrarme los 25 AUD que cuesta la entrada.
Envuelto en un tráfico peligroso y 5.500 km después de partir de Melbourne llego a Darwin. Han sido dos meses intensos e inolvidables. Estoy ansioso por ver el mar. Puedo olerlo a distancia. Y justo en el momento en que llego a él, cuatro gotas refrescantes caen del cielo.
Estoy convencido que no es casualidad.
Estoy convencido que es un regalo.


Durante dos semanas viviré y ayudaré en una pequeña granja amiga. Viviré apartado de la civilización y por las noches me perderé en las estrellas mientras analizo el último año. Ha sido brutal y está siendo tal y como lo había soñado.
Me reafirmo una y mil veces en lo que estoy haciendo y en que hay que creer y luchar por los sueños. Porque no hay que creer en los mensajes pesimistas. Los sueños pueden y deben cumplirse.


El primer tomo del viaje fue el de Cyclotherapy con Iñigo, desde Egipto a Tailandia.
Estas líneas son las últimas de este segundo tomo del viaje, el que me ha traído de Tailandia a Australia en solitario, un tramo que puede haber cambiado mi vida para siempre.
Porque ahora empieza el tercer tomo, donde no estaré solo. Estaré muy bien acompañado y me llevará hasta no sé dónde, porque el futuro no está escrito... pero auguro un viaje largo.
Pero esa es otra historia.