jueves, 15 de septiembre de 2011

13. Peeeeeeeeeerth! Evelin is a champion

Pero un día aparece el milagro. Los colores cambian y la vida parece que despierta


Empiezan a aparecer los primeros árboles


Y vemos los primeros contrastes de colores diferentes: azul, blanco y...VERDE!


Parece que la travesía por el desierto está llegando a su fin


Pero tampoco será fácil. Por Kalbarri y Geraldton el viento se endurece aún más y tocará pedalear varias jornnadas contra un viento inhumano provocado por un frente frío situado en el sur...


...un viento sur que ya de por sí sopla con fuerza durante todo el año para desgracia de los árboles del lugar

Pero tras la tormenta, la calma


Y los bosques traen paz a ciclistas...


... y otros ilustres vecinos



Y a quien querría homenajear es a Evelin...


Porque los 5.091 km que hemos pedaleado desde que salimos de Darwin no han sido precisamente sencillos. Anteriormente jamás había pedaleado con tanto peso (por el agua y comida), en paisajes tan monótonos y con tantísimos kilómetros contra el viento. Y apenas ha tenido momentos de debilidad. Se merece una matrícula de honor en este duro debut. Después de esto casi todo le resultará fácil. Salvo la alta montaña nada debería asustarle...


Ahora que estamos en Perth, en casa de buenos amigos, calentitos mientras fuera llueve, nos dedicaremos a descansar, una vez acabado de actualizar este humilde blog, y proseguiremos la ruta por el sur hasta una localidad con un nombre esperanzador: nos vamos a ESPERANCE.

Os mandamos un fuerte abrazo. Hasta pronto.

12. Pero al menos no estamos solos




11. Esto es muy largo, amigos

El pelotón se dirige de nuevo al mar. No habrá grandes novedades en el camino



En Australia el concepto de cerca-lejos cambia. Ya no es el que aprendimos en Barrio Sésamo. Y lo que en casa me parecía lejos ahora me parece cerca. Nos metemos otra marathon hasta llegar al bello Cape Range NP,


donde nos tomaremos otras mini vacaciones junto a aguas tricolores, playas solitarias de blancas arenas y muchos animales



No todos los animales que vemos son benignos. Otros, como el zorro, no son autóctonos. Fueron introducidos por cazadores ingleses iluminados hace más de un siglo y crearon una plaga. Hoy en día los zorros están perseguidos y condenados a muerte


Pero a pesar del paraje en el que nos encontramos, cuando toca coger de nuevo las bicicletas el pelotón empieza a flojear


Y es que lo que empieza a fallar es la cabeza. No es grave, creo que es hasta natural. Porque cuando llevas tantas semanas peleando por el agua, las distancias no decrecen, la monotonía te invade y lo que es peor, cuando el viento hace tantas jornadas que pasó a ser un poderoso enemigo,


entonces te das cuenta que cada día cuesta más arrancar...


... que estás perdiendo la motivación y puede que hasta el rumbo...


... porque esto no es un juego de niños 


Pero no pasa nada. Solo es un momento de debilidad. Nuestro remedio no es salir a la desesperada...


... sino aprender...


... a tener paciencia


Porque como en la vida los momentos malos pasan. Nada es para siempre.
Nuestros pasos seguirán hacia el sur y cuando empezamos a ver cambios en el paisaje volvemos a sentirnos fuertes. El objetivo está a tiro y vamos a por el.

10. En el reino de las minas

Con vientos favorables avanzamos hacia el sur. Son momentos inolvidables. Llevamos una vida sencilla y muy básica y en estos parajes de espacios abiertos y libres, muy feliz.


Australia es uno de los países más fáciles para acampar. Son estos momentos, después de una larga jornada, los que más disfrutamos, cuando cocinamos una rica y merecida cena...


... mientras poco a poco...


... se baja el telón del día


Pero la belleza y tranquilidad de nuestras existencias


recibirá un monumental sopapo cuando arribamos al deleznable enclave de Port Hedland. Entramos en el reino del materialismo y su rey vive en las minas. Es la región de los Pilbara. En toda esta amplia zona de Western Australia llegaron los primeros súbditos del dinero buscando oro, hace ya muchos años...


... porque cuando aquello se terminó llegaron los buscadores de acero y tantos otros minerales que hacen de la región una de las más ricas del mundo. Aquí nada importa salvo el dinero. La gente parece robots e inmensas máquinas sobre ruedas nos intimidarán día tras día. Para sus conductores los ciclistas no somos más que un obstáculo en su enfermiza carrera particular


Con ellos cambirá el viento y deberemos parar para no salir despedidos a su paso. Pero el pelotón de Cyclotherapy siempre ha sido alegre así que no hay que desesperar...


....  porque cuando escapamos de la vía principal volvemos a sentirnos bien...


... y disfrutamos de los caprichosos cañones de Karijini NP


Aquí no falta agua


y los cocodrilos hace ya muchos kilómetros que dejaron de ser un peligro. No hay excusa para no darse un bañito y relajarse un poco


Han caído otros 1.000 km y las piernas siguen fuertes. Pero para viajar en bici no hacen falta piernas fuertes. Un nuevo enemigo llama a las puertas.

9. En busca del océano Indico

Y llega un día que lo que era un plan se convierte en un hecho. Con un largo e incierto camino por delante toca dar el primer paso, despedirnos de aquellos que tan bien nos han tratado. Para Evelin es un momento muy intenso...

...pero no estará sola

Solo hay una consigna: mirar atrás solo para coger impulso
Pero yo no miento, y esos miedos que invaden a aquel que reta a lo desconocido resultarán infundados. La adaptación de Eve al medio resultará perfecta. Poco a poco, sin presiones, vamos avanzando por un territorio donde las pocas sombras que hay ya tienen dueño


Durante muchos kilómetros saludaremos a los boabs, esos árboles que yo, ignorantemente, creía solo en África...

... cruzaremos ríos caudalosos...
...e iremos acostumbrándonos a unos colores que nos acompañarán durante más de 4.000 km

Así, día tras día, noche tras noche, dejaremos atrás el Northern Territory para entrar en Western Australia. La parte norte del nuevo estado seguirá siendo tropical. Son los Kimberley, hogar de cocodrilos, gargantas y montañas. Nos iremos acostumbrando al bush y a sus noches solitarias, al canto de los pájaros y a las estrellas fugaces. A veces pararemos en áreas de descanso donde recibiremos la generosidad de los que nos consideran "valientes", "locos" o simplemente "estúpidos". Conoceremos muy buena gente y compartiremos experiencias y hogueras cuando las noches sean frías  

Y tras 2.000 km llegamos al oceáno Índico, a la que algunos consideran la perla del oeste: la sobrevalorada Broome. Allí tendremos nuestra primera parada técnica, siempre entre amigos.


Broome tiene una curiosa historia de buscadores de perlas y asentamientos chinos, pero la razón por la que la gente viene es por sus bonitas playas...


... y preciosos...

... y surrealistas atardeceres...


Pero nuestro objetivo no es el Índico y ni siquiera estamos a medio camino. De hecho echamos de menos la soledad y libertad del bush así que nos preparamos para la parte más dura. A partir de ahora la civilización será aún más difícil de ver, las distancias se alargarán como por arte de magia y con ellas el suministro de agua y comida. Pero esto es lo que nos gusta a los que viajamos en bicicleta, la emoción del reto